sábado, 3 de agosto de 2013

DIEGO SAAVEDRA FAJARDO






A una fuente

Risa del monte, de las aves lira,
pompa del prado, espejo de la aurora,
alma de Abril, espíritu de Flora,
por quien la rosa y el jazmín respira;

aunque tu curso en cuantos pasos gira
tanta jurisdicción argenta y dora,
tu claro proceder más me enamora
que lo que en ti naturaleza admira.

¡Cuán sin engaños tus entrañas puras
dejan por transparente vidriera
las guijuelas al número patentes!

¡Cuán sin malicia cándida murmuras!
¡Oh sencillez de aquella edad primera!
Huyes del hombre y vives en las fuentes.

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