Alfa y omega
Cabe la vida entera
en un soneto
empezado con lánguido
descuido,
y, apenas iniciado,
ha transcurrido
la infancia, imagen
del primer cuarteto.
Llega la juventud con
el secreto
de la vida, que pasa
inadvertido,
y que se va también,
que ya se ha ido,
antes de entrar en el
primer terceto.
Maduros, a mirar a
ayer tornamos
añorantes y,
ansiosos, a mañana,
y así el primer
terceto malgastamos.
Y cuando en el
terceto último entramos,
es para ver con
experiencia vana
que se acaba el
soneto... Y que nos vamos.
Imagen: Giorgione,
Las tres edades del hombre.
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