miércoles, 28 de agosto de 2013

ÁNGELA FIGUERA AYMERICH







Otoño

¿Cómo decir los oros delicados,
los suavísimos verdes,
los nacarados grises,
los cobres matizados y calientes?...

Iban mis pasos por el lomo blando
de la alameda, casi acariciantes,
y vi a mi alma desprendida y sola
errando dulcemente entre los árboles…


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