Sáfica
Dulce vecino de la
verde selva,
huésped eterno del
abril florido,
vital aliento de la
madre Venus,
céfiro blando;
si de mis ansias el
amor supiste,
tú, que las quejas de
mi voz llevaste,
oye, no temas, y a mi
ninfa dile,
dile que muero.
Filis un tiempo mi
dolor sabía;
Filis un tiempo mi
dolor lloraba;
quísome un tiempo,
mas ahora temo,
temo sus iras.
Así los dioses con
amor paterno,
así los cielos con
amor benigno,
nieguen al tiempo que
feliz volares
nieve a la tierra.
Jamás el peso de la
nube parda
cuando amanece en la
elevada cumbre,
toque tus hombros ni
su mal granizo
hiera tus alas.
Imagen: William-Adolphe
Bouguereau, Young Girl Defending Herself against Eros, 1880.
No hay comentarios:
Publicar un comentario