En
la fuente de Valclusa
Campos
hoy yermos y montaña escueta,
ayer
feraz llanura y bosque umbrío,
a
cuya sombra en dulce desvarío
de
Laura el nombre eternizó el poeta.
En
vano el valladar que lo sujeta
sigue
rompiendo despeñado el río,
y el
torreón feudal roto y vacío
yace
en el polvo cual vencido atleta.
Nada
del sueño aquel quedó presente,
la
hiedra trepadora el muro viste
y
murmura el arroyo indiferente.
¡Ay!
de la vida en el otoño triste
¿qué
es el amor? Imagen de esa fuente,
el
agua pasa, el manantial subsiste.
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