martes, 6 de agosto de 2013

DANTE GABRIEL ROSSETTI





Mediodía callado

Reposan en la hierba, alta y fresca, tus manos
abiertas, y traslucen los dedos, como rosas;
hay paz en la sonrisa de tus ojos. El césped
es luz y sombra, bajo el cielo, que las nubes
junta o dispersa. En torno de nuestro nido y lejos
hay botones de oro, bordeados de plata,
y el perifollo roza la nieve del espino.

Es visible el silencio, como clepsidra, mudo.
En el césped, transido de sol, una libélula
es una hilacha azul, del cielo desprendida.
Alada hora, así nos viene de lo alto.
¡Oh! Contra el corazón, don inmortal, guardemos
esta hora sin voz, que, entrañable, nos ciñe
y en la que un dulce canto forjaron los silencios.

Traducción de Mariá Manent.

Imagen: Hugh L. Norris, Flame Flower and Summer Ragwort in a herbaceous border.

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